Después de recolectadas, las cebollas se dejan secar por lo general en largas filas en el propio campo; una vez curadas tiene lugar su almacenamiento. Este proceso desarrolla el característico sabor de la cebolla, debido a la presencia de un aceite volátil. En general, las cebollas españolas y de las Bermudas son más suaves y se consumen crudas en ensaladas y bocadillos. Otras variedades se cocinan antes de ponerlas en conserva o consumirlas en ensalada. Las hojas y los extractos de cebolla tienen aplicación en medicina y como condimento. Otras cebollas en cultivo son la albarrana, el cebollino y el chalote.