Utensilio que permite obtener sonidos en violines, violas, violoncelos, contrabajos y otros instrumentos de la familia del violín. Su nombre deriva del arco empleado en ballestería, con el que al principio guardaba semejanza. Este primer tipo de arco subsistió en Oriente, Arabia y Europa hasta el siglo xv. Consta el arco de una varilla delgada de madera a la que se fijan algunas cerdas. La forma de aquélla y el modo de insertar allí las cerdas muestran las diferentes etapas que tuvo su desarrollo. Al principio se colocó una cuñeta de madera entre la varilla y la cerda; luego, un enganche en la base del arco, o talón, encajada en diferentes dientes, regulaba la tensión de las cerdas, tal como lo hacen todavía los ejecutantes de música popular suecos. El arco utilizado por los primeros violinistas, entre ellos Arcangelo Corelli (1653-1713), tenía una construcción parecida a la del arco del moderno contrabajo. En tiempos de Giuseppe Tartini (1692-1770) perfeccionaron el arco, haciéndolo más ligero y graduando la tensión de la varilla mediante un tornillo. Posteriormente, François Tourte (1747-1833) lo mejoró de modo insuperable: aumenta la longitud, la varilla, de sección octogonal, es de una sola pieza y se curva ligeramente hacia las cerdas; el talón va provisto de una rosca que estira las cerdas por igual y regula la tensión del arco a voluntad del ejecutante. Sin tales perfeccionamientos la orquesta sinfónica moderna no hubiera evolucionado en el sentido actual. Si bien el antiguo arco de forma curva facilita la interpretación de música polifónica, especialmente la de Bach, el arco moderno tiene más eficacia y brinda mayor campo de posibilidades a los ejecutantes.
Origen etimológico de arco: proviene de la palabra latina arcus
