Una de las más importantes zonas arqueológicas del mundo, Creta ha estado habitada ininterrumpidamente desde hace 6000 años y es cuna de una notable civilización, como lo evidencian sus abundantes restos arqueológicos, explorados sistemáticamente a partir de 1894, sobre todo por Sir Arthur Evans en Cnossos o Cnoxos de 1900 a 1924. Los primeros pobladores llegaron probablemente de la parte sudoccidental de Anatolia. Las excavaciones emprendidas en el este y centro de Greta han puesto de manifiesto la .existencia de cuevas habitadas por el ser humano en el Neolítico. No existe duda asimismo de que por entonces la isla estuvo ya relacionada con Anatolia y Egipto.
Los periodos siguientes al Neolítico reciben el nombre de minoicos y aparecen divididos en Inferior (2800 a 2100), Medio (2100 a 1600) y Superior (1600 a 1100 a. de J.C.). En el primero se fundaron ciudades y aldeas, se utilizó el bronce y se impulsaron notablemente las artes. Los restos arqueológicos señalan en dicho periodo el crecimiento de la población, probablemente debido en parte a las migraciones procedentes de Asia Menor. También hay señales de comercio directo con Egipto.
En el periodo minoico medio se construyeron los palacios de Cnossos, Festo y Mallia. Los frescos que decoran sus paredes, las vasijas de cerámica y los sellos de piedra grabados evidencian el elevado nivel artístico que dominó en este periodo. La escritura, iniciada con el estilo jeroglífico, acabó por asumir diversos caracteres lineales. La escritura lineal minoica B, conocida durante largo tiempo, fue descifrada finalmente en 1953 por Michael Ven tris, quien, además, determinó que la lengua representada constituía una forma primitiva del griego. Una escritura similar, hallada en un palacio micènico de Pilos, en la misma Grecia, establecía la íntima y antigua asociación entre la civilización minoica y la Grecia coetánea. En este periodo la cultura aparece más unificada que nunca antes en toda la isla, cuyo centro político pasó a ser Gnossos y cuyo comercio la relacionó con Egipto, Siria y Mesopotamia.
En el Minoico Superior se expandió el poder cretense y Cnossos asumió la capitalidad de un rico imperio comercial que dominaba el Egeo y ejercía su hegemonía en todo el Mediterráneo oriental. Los arqueólogos han calculado que la población de Creta en el siglo xvi a. de J.C. era de 1200000 h, cifra más alta que la de cualquier periodo posterior. Se construyeron lujosas viviendas y los grandes palacios ya erigidos fueron modificados y ampliados suntuosamente.
La religión minoica era un culto a la Naturaleza centrado en una Diosa Madre o Madre Tierra y practicado en las cuevas y santuarios de las montañas. La civilización de este pueblo, a diferencia de la egipcia y de otras, no desarrolló una arquitectura religiosa monumental, si bien fueron significativas en este orden las columnas, que en los palacios y casas particulares aparecían rodeadas de urnas. Existían diversos e importantes símbolos religiosos, como el toro, que dio origen a los posteriores relatos griegos del Mínotauro y el Laberinto. Véase Laberinto; Mínotauro.
En los albores del siglo xiv a. de J.C. desapareció la civilización minoica de Creta; aun cuando se ignoran las causas, se han sugerido como explicación el factor económico, una invasión procedente de Grecia y un terremoto. Desaparecidos palacios y ciudades, surgieron en su lugar pequeñas comunidades y Creta pasó a ser parte insignificante del mundo egeo, del que antes fuera dueña y señora. Muchos aspectos de las civilizaciones micénica y helénica posterior tuvieron su origen en la minoica. Véase Micénica, Civilización; Grecia, Historia; Arqueología, Creta y Mar Egeo.
