El clima de la Cordillera de los Andes es sumamente variable debido a su extensión y altitud. Se distinguen cuatro zonas climáticas principales, cada una con características particulares. La Tierra Caliente, ubicada a nivel del mar hasta los 900 m, es tropical y húmeda, con temperaturas promedio anuales entre 23,88° y 28,33 °C. A continuación, entre los 900 y 2000 m, se encuentra la Tierra Templada, donde las condiciones climáticas son más moderadas. La Cordillera de los Andes crea un efecto vertical en el clima, generando microclimas complejos a lo largo de su extensión.
clima de la Cordillera de los Andes
Una zona tan vasta que ofrece tan acusadas diferencias en latitud, altura y aspecto como la cordillera de los Andes está naturalmente sujeta a grandes variaciones climatológicas. Por tanto, sólo pueden mencionarse los aspectos generales de las condiciones climatológicas, sin olvidar que se dan tipos microclimatológicos muy complejos.
El efecto más notable de los Andes es el de crear una zona vertical de clima, particularmente en lo que a temperatura se refiere. Se reconocen cuatro zonas de esta clase que, regularmente, se indican en todos los idiomas por su nombre español.
La zona baja es la Tierra Caliente y comprende desde el nivel del mar hasta unos 900 m, excepto, naturalmente, en el templado Sur del continente, donde no se dan los climas calurosos. Esta zona, como su nombre implica, es tropical y húmeda, en la que la temperatura media anual es de 23,88° a 28,33 °C con poca variación mensual. Montañas arriba, entre los 900 y los 2000 m, aparece la Tierra Templada, zona subtropical, con temperaturas medias de 17,22 a 23,88 °C.
Desde los 2000 a cerca de los 3000 m se encuentra la Tierra Fría, donde prevalece el clima estrictamente templado y las temperaturas oscilan entre los 10 y los 17,22 °C. Estas llanuras y montañas altas son las más favorables para el establecimiento de los blancos.
De los 3000 a los 4300 m dominan los fríos y desiertos páramos, una zona en que la temperatura varía mucho durante el día y sufre vientos violentos. Los páramos terminan en una zona tipo tundra (subglacial) y lindan con la zona de nieves perpetuas.
En las zonas tropicales de los Andes la nieve aparece a una altura de 4600 y 4900 m, y por la creciente aridez se eleva hacia el S a unos 5200 en el centro oeste del Perú y hasta 6100 en el N de Chile.
Más al S la línea de nieve desciende invariablemente hasta que en la isla de Tierra del Fuego, en el extremo S, se halla alrededor de los 750 m. Por tanto, se pueden formar glaciares en muchas partes de los Andes, incluso en las zonas tropicales, si bien en este caso no descienden mucho más abajo de la línea de las nieves.
Al sur de los 40° latitud S, los glaciares son numerosos y después de los 47° el hielo forma una capa casi continua hasta las partes más elevadas de la montaña.
La precipitación, que depende de la latitud, la altitud, el relieve y la orientación, está sujeta a tantas variaciones como la temperatura. Las laderas descubiertas en los terrenos de considerable y mediana altura pueden recibir copiosas precipitaciones, en tanto que los valles profundos y resguardados carecen casi de lluvia y son semidesérticos.
En general, los Andes presentan una considerable barrera climatológica, pero en el N el efecto de esta barrera es mínimo.
Los Andes Septentrionales (Venezuela, Colombia y Ecuador) reciben precipitación abundante, con la sola excepción de los distritos abrigados. Esto se debe a que el N se encuentra dentro de la zona de lluvias ecuatoriales la mayor parte del año y a que los vientos portadores de lluvias, pueden llegar tanto a las laderas del O como del E, pudiendo penetrar en la sección septentrional del continente los vientos alisios nordestes procedentes del Caribe. Hay dos definidas estaciones lluviosas principales, que coinciden con los periodos de máxima altura del Sol, aunque la cantidad de precipitación depende de las variaciones de elevación, relieve y orientación, oscilando desde aproximadamente 76 cm a 3,80 m por año en las laderas descubiertas de la Cordillera Occidental.
Desde el S de Ecuador hasta unos 30° latitud S, la precipitación es menor, con excepción de las vertientes orientales, y gran parte de la serranía es seca y hasta desértica. Esto se debe a la insuficiencia de los vientos alisios del SE dominantes para llevar la humedad más allá de las vertientes orientales.
Entre los 30 y 40° latitud S, ambos flancos de los Andes son igualmente áridos debido al aire seco descendente de estas latitudes (calmas de Cáncer) y el efecto de desecación que las corrientes frías oceánicas de estas costas ejercen sobre los vientos que provienen del mar.
Al S de los 40° latitud S, los Andes caen bajo el dominio de los vientos del Pacífico portadores de humedad, que derraman abundantes precipitaciones sobre las vertientes occidentales, ninguna en las orientales y escasa en el oeste argentino.
Desafíos de la agricultura en el clima andino
La región andina tiene muchas condiciones ambientales extremas y variables que desafían a los agricultores de la región. Desde plagas, heladas, estaciones de lluvias variables y cambios en las condiciones del suelo, los agricultores tienen mucho con que lidiar. De éstas, se considera que las heladas son la mayor amenaza para el medio ambiente, y las plagas ocupan el segundo lugar.
Las temporadas de lluvias tardías también suelen precipitar una disminución de la humedad del estanque y del suelo, y un aumento de la erosión y la fertilidad del suelo.
Los agricultores andinos deben enfrentar las severas fluctuaciones de temperatura, la imprevisibilidad de la temporada de lluvias y una multitud de amenazas de plagas en el día a día. Para hacer frente a estos desafíos, muchos agricultores intentan cultivar una gran variedad de especies en lugar de un monocultivo para proteger sus cultivos. También hay muchas prácticas culturales y religiosas que las comunidades organizan y llevan a cabo para asegurar una buena cosecha y una buena temporada. La sabiduría ancestral es muy valorada y a menudo se la utiliza para actividades agrícolas y sociales. Muchos agricultores todavía utilizan terrazas y sistemas de riego de estilo incaico para sus cultivos.
Usa la inteligencia artificial para resolver tus dudas
Clima de la cordillera de los Andes: resumen
El clima en la cordillera de los Andes varía ampliamente debido a su extenso rango de altitud. En las regiones más bajas, como las áreas cercanas a la costa, el clima puede ser cálido y seco, con veranos calurosos e inviernos suaves. A medida que se asciende en altitud, el clima se vuelve más frío y húmedo.
En las zonas de mayor altitud, como las cumbres de los Andes, el clima puede ser extremadamente frío, con temperaturas bajo cero durante todo el año. La presencia de nieve y glaciares es común en estas áreas. Además, las precipitaciones también aumentan a medida que se asciende en altitud, lo que contribuye a la formación de bosques nublados y páramos.
Es importante tener en cuenta que el clima en la cordillera de los Andes puede variar significativamente de una región a otra, dependiendo de factores como la latitud, la altitud y la exposición a los vientos. Por lo tanto, es posible encontrar una amplia gama de climas en esta cadena montañosa.
