el arte de la comunicación: atención auditiva, oratoria, lectura y redacción

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el arte de la comunicación: atención auditiva, oratoria, lectura y redacción
  1. El arte de la comunicación comprende todos los medios que capacitan a una persona para transmitir a otra sus pensamientos y sentimientos. En un sentido más restringido, se refiere únicamente al arte de la comunicación verbal: atención auditiva, oratoria, lectura y redacción, facetas éstas sobre cuyos fundamentos insiste, desde la primera enseñanza, la pedagogía moderna en lo que se concibe hoy día como artes del lenguaje.


    Esta preparación escolar sobre tales artes, distinta a los cursos clásicos de composición y retórica, dedica mayor interés a la expresión tanto oral como escrita y ofrece instrucción más detallada sobre la naturaleza e influencia social de los medios informativos y sobre la relación existente entre el lenguaje y la personalidad humana.


    Atención auditiva.


    Al igual que ocurre en otras artes, sólo la práctica, basada en una sana teoría, puede proporcionar provechoso perfeccionamiento en las cuatro artes verbales. De ellas, es la atención auditiva la que con más frecuencia se practica; pero es probablemente, al mismo tiempo, la menos racionalmente cultivada en el sentido de obtener de ella el máximo provecho. Su carencia no constituye grave obstáculo en la conversación ordinaria, pero puede limitar la comprensión de conferencias, charlas y sermones. En una larga exposición oral facilitará la comprensión y retención de las ideas desarrolladas por el orador el fijar intensamente la atención en algo, generalmente la idea central, y principales argumentos del discurso; el aplicar el asunto en cuanto sea posible a los propios intereses; y el dedicar el tiempo libre (téngase en cuenta que el oyente puede pensar mucho más rápidamente que hablar el orador) a anticiparse al hilo del discurso, a revisar sus puntos fundamentales, a valorar sus hechos y procesos de raciocinio. Resulta útil a veces tomar breves notas a lo largo, o inmediatamente después del discurso y revisarlas al cabo de uno o dos días. Esto, empero, si se hace con engorrosa meticulosidad, puede ser una distracción más que una ayuda.


    Lectura.


    El problema de la lectura es doble: rapidez y comprensión. El lector medio emplea sólo aproximadamente la mitad de su capacidad de rapidez lectora. Para perfeccionarla son convenientes —aunque no necesarios—, los aceleradores mecánicos que espacian grupos de palabras y sincronizan la rapidez del lector. La mayoría de los lectores pueden aumentar su capacidad de lectura con el simple procedimiento de mover los ojos más rápidamente sobre la página. Puede conseguirse una mayor agilidad ocular adiestrando al ojo a captar de una vez mayor número de palabras. El mal lector posa su vista en cada una de las palabras; un buen lector acostumbra a fijarlas en grupos de hasta seis o siete palabras. Con fuerza de voluntad y práctica, una persona normal puede duplicar su velocidad de lectura sin menoscabo de la comprensión.


    En cambio, es difícil perfeccionar la comprensión de lo que se lee, pues ésta depende no sólo del texto, sino también de los conocimientos que posea el lector, de su vocabulario, de su interés por el asunto, de su humor y multitud de otros factores. Un sistema de lectura es susceptible de mejorar hasta cierto punto la comprensión y de incrementar considerablemente la retentiva. Consta de tres fases: examen previo, lectura y revisión. La primera consiste en dar un rápido vistazo al pasaje para captar la idea fundamental y sus principales puntos de apoyo. La segunda fase es la simple lectura del pasaje, a veces ayudada por subrayados, toma de notas o consultas al diccionario de las palabras desconocidas. El repaso debe hacerse a las1 48 horas. El mejor tipo de revisión es probablemente una recapitulación oral de lo leído, aunque la redacción de un resumen o esbozo también ayudará a fijar las ideas en la mente con mayor firmeza. Este procedimiento permite a muchos lectores recordar tres o cuatro veces más que con una simple lectura.


    Oratoria y redacción.


    Tanto la una como la otra implican cuatro operaciones generales: centrar el pensamiento en un asunto claro y concreto; organizar lógicamente el pensamiento; seleccionar argumentación adecuada y específica; presentar los hechos e ideas en lenguaje claro y apropiado al tema, auditorio y ocasión.


    Por añadidura, el orador debe prestar especial atención a la voz, articulación y mímica. Los fallos más comunes del orador mediocre son la monotonía de la voz, la timidez ante el auditorio y el hieratismo del cuerpo y el rostro. Un buen orador varía el tono, timbre e intensidad de su voz de acuerdo con las exigencias del tema, mira al auditorio y aparece visiblemente interesado, cuando no excitado, por el asunto de que trata.


    El escritor, que no puede dar énfasis a sus ideas con ayuda de la voz y el gesto, se vale en cambio de elementos auxiliares ortográficos: signos de puntuación, separación de párrafos, empleo de mayúsculas, subrayados. Aun cuando la buena literatura atiende fundamentalmente a la claridad y ordenación del pensamiento, la mayoría de los lectores son lo suficientemente quisquillosos para criticar más las faltas de ortografía y sintaxis que la inconexión del pensamiento. Por ende, para mantener la atención del lector concentrada en el asunto, el escritor debe hacer todo esfuerzo posible por adaptar su ortografía, puntuación y sin taxis a las más estrictas normas gramaticales. Los principales fallos de que adolecen los trabajos literarios son la adopción de temas demasiado extensos para ser desarrollados adecuadamente en el espacio disponible, generalizaciones excesivas, organización ilógica, palabrería, empleo abusivo de los signos de puntuación, sintaxis defectuosa y descuidada ortografía. Fundamentalmente, buena parte de la mala literatura lo es porque el escritor no piensa, al escribir, en el lector para el que escribe. Véase Gramática; Lectura; Lenguaje; Lógica; Retórica.


    Para más información ver: comunicación.
Actualizado: 27/10/2015

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  • La importancia de la comprensión lectora

    La comprensión lectora es una habilidad fundamental en cualquier ámbito de la vida, ya que nos permite entender y asimilar la información que leemos de manera efectiva. A continuación, te presento algunas conclusiones sobre la importancia de la comprensión lectora:

    1. Mejora la adquisición de conocimientos: La comprensión lectora nos permite comprender y retener la información que leemos, lo que facilita el aprendizaje de nuevos conceptos y la ampliación de nuestros conocimientos.

    2. Potencia el pensamiento crítico: Al comprender lo que leemos, podemos analizar y evaluar de manera más objetiva la información, identificando argumentos sólidos y detectando posibles falacias o manipulaciones.

    3. Favorece la comunicación efectiva: La comprensión lectora nos permite expresarnos de manera más clara y coherente al escribir o al hablar, ya que nos ayuda a organizar las ideas y utilizar un vocabulario adecuado.

    4. Estimula la imaginación y la creatividad: Al leer, nos sumergimos en diferentes mundos y realidades, lo que estimula nuestra imaginación y nos ayuda a desarrollar nuestra creatividad.

    5. Promueve la empatía y la comprensión de otros puntos de vista: La lectura de diferentes perspectivas y experiencias nos permite comprender y empatizar con personas de diferentes culturas, realidades o épocas históricas.

    6. Desarrolla habilidades cognitivas: La comprensión lectora implica procesos mentales complejos como la atención, la memoria, la concentración y el razonamiento lógico, lo que contribuye al desarrollo de habilidades cognitivas superiores.

    En resumen, la comprensión lectora es esencial para el desarrollo personal y académico, ya que nos permite adquirir conocimientos, desarrollar habilidades cognitivas, mejorar la comunicación y potenciar el pensamiento crítico. Es una habilidad que debemos fomentar y fortalecer desde edades tempranas.


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    Definición de comprensión
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Definiciones-de.com (2015). el arte de la comunicación: atención auditiva, oratoria, lectura y redacción - Leandro Alegsa © 27/10/2015 url: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/el_arte_de_la_comunicacion:_atencion_auditiva,_oratoria,_lectura_y_redaccion.php
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