El Parlamento del Dominio regula la banca canadiense, la creación de los bancos y la emisión de papel moneda. En 1871 fue promulgada la primera Ley Bancaria, qüe posteriormente fue objeto de múltiples revisiones. La ley fundacional del primer banco central canadiense fue promulgada en 1934. En sus comienzos el Banco del Canadá era de propiedad privada, pero paulatinamente pasó a propiedad y dirección del Gobierno. El banco puede traficar con oro y otros metales monetizables, en operaciones de cambio, efectos y valores públicos determinados. Puede realizar operaciones de descuento y hacer préstamos al Dominio o a los gobiernos provinciales y a los bancos. Sólo puede aceptar depósitos del Gobierno del Dominio, de los gobiernos provinciales y de los bancos.
Como sucedió en Inglaterra, el número de bancos privados disminuyó desde comienzos del siglo XX. La banca comercial canadiense cayó en manos de unas pocas e importantes instituciones, cinco de las cuales controlan aproximadamente el 80 % del número total de sucursales del país. En otra época estos bancos emitían sus propios billetes, pero en la actualidad solamente el Banco Central goza de este privilegio.
El sistema bancario canadiense es flexible y ha cumplido muy bien su cometido. Las sucursales de provincias, hábilmente dirigidas, demostraron su pericia en asuntos crediticios. Los documentos comerciales, tan empleados en otros países, tienen aquí un uso relativamente escaso. Es corriente que las letras se giren por el vendedor a cargo del comprador y entonces o son descontadas en el banco del vendedor o son enviadas por su mediación al cobro y conservadas después de su aceptación hasta el vencimiento.
