(c. 925-988). Prelado y estadista inglés, nacido cerca de Glastonbury. Después de servir un corto tiempo en la corte del rey Athelstan se retiró a la vida monástica y fijó su eremitorio en Glastonbury, donde él mismo construyó una celda de 1,5 m de largo por 0,75 de ancho. Mientras trabajaba en su forja, fue víctima de la famosa tentación del demonio, a la que se dice que puso fin atrapando la nariz del enemigo con las tenazas al rojo. En 945 fue nombrado abad de Glastonbury por el rey Edmundo. Pronto se convirtió el monasterio en centro de sabiduría. A la muerte de Edmundo, San Dunstano asumió el papel de principal consejero de la reina madre Eadgifu y el joven rey Edredo; merced a su política los sajones occidentales pudieron arrebatar Northumbria a los daneses. Al morir Edredo (955) y subir al trono Edwy, San Dunstano fue despojado de sus honores y se refugió en el monasterio de Blandigny, cerca de Gante. Dos años más tarde fue llamado por Edgardo, que le nombró obispo de Worcester (958), obispo de Londres (959) y arzobispo de Canterbury. Fundó numerosas iglesias e instituciones religiosas y reformó la clerecía, a la que trató de convertir en portavoz de la ciencia secular y religiosa. En el orden secular insistió en que los terratenientes soportaran sus propias cargas. Su fiesta se celebra el 19 de mayo.
