Definición de contrato de cuenta corriente

1. Acuerdo por el que dos personas convienen en que los créditos que puedan nacer de sus relaciones de negocios perderán su individualidad propia al integrarse en la cuenta para convertirse en simples partidas del Haber o el Debe, de tal modo que lo único exigible es el saldo resultante el día señalado. El contrato se caracteriza porque operaciones o relaciones que tienen muy diversa razón de ser o puedan tenerla se funden en un crédito único, cuya cifra es la exigible.
   
   Es conveniente hacer constar que no es lo mismo contrato de cuenta corriente que situación o relación de cuenta corriente; el hecho de que dos personas tengan entre sí una relación de cuenta corriente, por ejemplo dos comerciantes, no significa que entre ellos exista el contrato; para éste es preciso que se haya renunciado expresamente a la accionabilidad independiente de cada una de las partidas en que se integra la cuenta. La relación es cuestión de hecho; el contrato es una situación jurídica matizada por la nota indicada. Así en el contrato, al final de la época estipulada, el que, según la cuenta, resulte acreedor reclamará la cifra o saldo sin especificar cada una de las operaciones de donde aquél se deduce.
   
   Históricamente, el contrato de cuenta corriente es típico de los tiempos modernos, pero no faltan autores que afirman su existencia en Roma e incluso lo remontan a pueblos orientales; en el Derecho histórico español se han señalado asimismo precedentes, pero realmente ha vivido al margen de las regulaciones legales hasta el siglo xix; un Código hispanoamericano, el chileno de 1866, es el primer cuerpo legal que incluyó normas a él referentes.
   
   En los tiempos actuales el contrato de cuenta corriente es objeto de amplio uso en el campo de la Banca y del comercio. Ello se explica por suponer una serie de ventajas innegables; suprime liquidaciones y pagos parciales; evita el manejo real del dinero; aumenta la productividad de los capitales, ya que, durante el tiempo que rige la cuenta corriente, cada una de las partes utiliza los valores de la otra; elude reclamaciones parciales que se aplazan hasta la liquidación.
   
   El principio en que se inspira el contrato de cuenta corriente se ha extendido a otras figuras; así la usual de los depósitos bancarios en cuenta corriente que permiten al depositario disponer de sus fondos, generalmente mediante el empleo de cheques y anotación de las remesas de fondos que realice, fundiéndose en una sola cuenta, de la que sólo interesa el saldo final. El Código civil dictado para la Zona del antiguo Protectorado Español en Marruecos señalaba cinco clases de contratos de cuenta corriente: 1) el contrato de cuenta corriente de Caja o de imposición de dinero en cuenta corriente; 2) el contrato de imposición de valores en cuenta corriente; 3) el contrato de depósito en cuenta corriente; 4) el contrato de apertura de crédito en cuenta corriente; 5) el contrato de compensación mutua y entrega de saldo a plazo fijo.
   
   Como puede apreciarse, la casi totalidad de los tipos de contrato de cuenta corriente son típicos ejemplos de operaciones bancarias y sus condiciones generales se hallan en los impresos en que habitualmente se conciertan estas operaciones con los bancos, formularios ampliamente detallados en todos los aspectos que pueden comprenderse en ellas. El último caso citado o de compensación mutua es susceptible de un uso más generalizado y sus efectos típicos son: 1) traspaso en plena propiedad de los valores remitidos o inscritos en la cuenta corriente del que los recibe como créditos pasivos; 2) novación de las obligaciones, o sea, sustitución de los efectos particulares del contrato que motivó la remisión por los que se derivan del hecho de la inscripción en la cuenta del que lo recibe; 3) deducción de intereses por las sumas inscritas en la cuenta;
   
   4) recíproca y proporcional compensación de los créditos, hecha en las épocas marcadas para la liquidación de la cuenta y deducción del saldo definitivo.
   
   En definitiva, el contrato de cuenta corriente es una aplicación del principio de la compensación, típico modo de extinguir obligaciones, compensación que se acepta por ambas partes de un modo general y no referida a un caso concreto, sino a todos los que puedan tener un reflejo en la cuenta. Véase Bancos; Compensación; Depósito;

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