La necesidad de proteger sus creencias contra las persecuciones religiosas de principios del siglo xvii estimuló la actividad de los baptistas en Europa. En 1606 o 1607 John Smyth, con otros disidentes, huyó de Inglaterra a Holanda para escapar a la persecución y, con ayuda de Thomas Helwys, fundó en Amsterdam una iglesia baptista inglesa. Disconformes sus miembros con la iglesia establecida, defendieron enérgicamente la libertad religiosa. Helwys regresó a Inglaterra en 1612 y fundó en Londres la primera iglesia baptista inglesa. El grupo de los llamados Baptistas Particulares (calvinistas) se escindió de otra iglesia disidente de Londres: de ellos, en una década, surgieron otras iglesias similares. Sin embargo, durante un siglo, la expansión de los baptistas fue lenta. Al extenderse por Inglaterra el movimiento metodista, la causa baptista cobró nuevos impulsos.