Proceso metalúrgico para verificar, por difusión, una aleación superficial de aluminio en el acero de aleación o acero al carbono. La profundidad de penetración del aluminio oscila entre 0,1 y 1 mm; la capa superficial de hierro y aluminio contiene alrededor del 25 % de aluminio. Existen diversos métodos de cementación del acero.
Para la cementación en polvo, las diversas piezas que se hayan de tratar se colocan en una retorta giratoria, herméticamente cerrada, y se recubren con un compuesto pulverizado con polvo de aluminio como ingrediente activo. Las piezas se calientan a una temperatura de 850 a 925 °C por espacio de 4 a 6 horas y de 800 a 1000 °C durante 12 a 48 horas para difundir parte del aluminio en el metal base después de retirado de la retorta. La cementación en paquete consiste en encerrar las partes empaquetadas en cajas de acero herméticas, en Cuyo interior existe un compuesto alumínico pulverizado; las cajas se someten por espacio de 6 a 24 horas también a temperaturas de 800 a 1000 °C. Para la cementación por inmersión, las piezas se limpian, se mezclan con un fundente y se sumergen en aluminio fundido. En la superficie de dichas piezas se solidifica una capa de aluminio y entre ambos metales se forma un compuesto ferroalumínico. En el proceso Martin las piezas se tratan con vapores de cloruro de aluminio a altas temperaturas.
Las piezas cementadas son muy resistentes a los vapores corrosivos y al calor. Las marmitas de sales, cianuros y plomo empleadas en el tratamiento térmico de los metales se encuentran generalmente cementadas. También se emplea la cementación para hacer termorresistentes las distintas piezas de las estufas de aire caliente, radiadores de vapor, hornos y equipos empleados en las refinerías de petróleo. Véase Anticorrosivos.
